Desde los recortes sufridos en la educación pública del año 2012 no hemos visto un mínimo de interés de la administración Regional de trabajar en la recuperación de todo lo perdido en estos últimos 10 años. Diez años de abandono que se ha traducido en un agotamiento de alumnado, el profesorado y de las familias. Somos testigos de cómo López Mirás y su Consejera fantasma eluden su responsabilidad y se niegan, presupuesto tras presupuesto, a poner fin al alarmante estado de la Educación Pública en la Región.
No hay recursos para la mejora de las infraestructuras, la precariedad en las plantillas del profesorado aumenta año tras año, la carga burocrática, unos departamentos de orientación desbordados, la masificación en las aulas, la falta de apoyo al alumnado con necesidades educativas o la falta de plazas de Formación Profesional son unos pocos ejemplos de la situación que vivimos en las aulas.
A todo esto hay que sumar los conciertos educativos aprobados en 2017 para bachillerato y formación profesional que sólo han servido para promocionar la educación concertada, cuya consecuencia ya se está notando por un lado en los I.E.S. con el cierre de líneas y por otro con la apertura de innumerables centros de F.P. privados al calor del lucrativo negocio de la educación.
El próximo 17 y 24 de noviembre, la comunidad educativa está llamada a defender la Educación Pública. Los Sindicatos UGT, STERM y CCOO han convocado paros laborales por la bajada de ratios, la bajada de las horas lectivas, la mejora de las infraestructuras y el aumento de la Atención Educativa al alumnado con necesidades.
Ahora es el momento de recuperar los derechos perdidos. Sí hay recursos, la cuestión es donde se destinan, si al bien de todos en la Educación Pública o en los privilegios de unos cuantos.
¿Y cuándo la educación en nuestra Región?